Después de un largo día en que ya hemos tenido que correr e ir contra reloj, posiblemente de una actividad a otra...hay que poner freno al día y crear una ATMÓSFERA DE BIENESTAR, un momento especial con nuestros hijos, donde podemos conectar, hablar, reír...
Puede ser el momento de un masaje o de leer un cuento... que cada cual busque su manera, pero el que sí es cierto, es que mantener este hábito crea buenos vínculos, aporta seguridad y nutre emocionalmente a nuestros hijos y también a nosotros mismos.
Este espacio de tiempo aporta calma y repercute positivamente, tanto en la calidad del SUEÑO como en cómo se afrontará el día siguiente.
Muchas veces las prisas para que vayan a dormir a la hora que hemos establecido nos lleva a un estrés innecesario.
Os planteamos un par de preguntas para reflexionar:
1.- ¿Creéis que 20 minutos más o menos de sueño afectará mucho en el bienestar de vuestros hijos?
Y por contra,
2.- ¿Creéis que puede aportar algún cambio positivo dedicar estos 20 minutos a los hábitos que hemos comentado anteriormente?
¡Os animamos a provarlo!
Montse Icart